Infusiones con tortas de autor, panes y dulces caseros, en un marco de naturaleza, historia y cultura. Cuatro tentadoras propuestas para refugiarse este invierno en Villa de Merlo, San Luis

Uno de los máximos placeres que regalan las bajas temperaturas es la posibilidad de dejarse llevar sin culpas por la senda de las tentaciones gastronómicas, más aún cuando se deja atrás la rutina y se disfruta de las vacaciones. 

Para quienes visiten la Villa de Merlo, se abre la oportunidad de hacer una pausa, dejar a un lado el ritmo citadino y sumergirse en un circuito de pintorescas casas de té, donde la gastronomía pasa a ser sólo una excusa.

La pionera es “Merlín”, una casita al pie de la sierra y a la vera de un arroyo, que parece extraída de un cuento de hadas. Comenzó tímidamente hace 28 años atrás y ofrece no sólo meriendas con tortas de autor y panes caseros, almuerzos y cenas, sino que tiene toda una propuesta cultural en su galería de arte donde se exponen cuadros, orfebrería y esculturas, y se organizan noches de jazz, música clásica y eventos especiales. “Gastronomía, arte y hospedaje es lo que encuentran en nuestro lugar – cuenta Mario – buscamos mantener los sabores tradicionales en recetas familiares, cuidando la calidad de productos y materia prima que usamos”. 

Paula llegó desde la ciudad buscando un remanso de paz y creó “Delicias del Bosque”. Allí se ofrecen más de cincuenta variedades de tés, entre blends y hebras puras. Trece de ellas son de elaboración propia, ya que Paula es Diseñadora de Té, y explica que se trata de “un recorrido a través de los sentidos, de valorar la importancia de la ceremonia del té como un momento de encuentro, cuidando los tiempos que cada elaboración necesita”. Todo lo que se sirve allí es casero; hay desayunos, brunch, meriendas, y opciones dulces y saladas. Se disfruta en una amplia galería con vista a la Sierra de los Comechingones, en contacto con la tranquilidad del entorno.

En la zona de El Pantanillo, emplazado a una altura de 800mts se encuentra “El Angel Azul” donde las meriendas se sirven en una amplia terraza con vistas panorámicas al valle y a las serranías, ideal para recibir el atardecer. El amplio predio cuenta también con un estanque con peces y plantas acuáticas. Tony, su propietario, es metafísico y se encarga de proporcionar al lugar una atmósfera especial: “es más que una casa de té, es una experiencia espiritual, un lugar con una energía especial que ambientamos con música de relajación para que quienes nos visitan se vayan con una sensación de bienestar” asegura Tony.

Paradójicamente, la casa de té más nueva está en el lugar más antiguo. “El Rincón de Virginia” nace de la puesta en valor de una vieja usina que data del año 1952, que fuera construida en terrenos del primer intendente y ciudadano ilustre de Villa de Merlo, Pepe Mercau. Cuenta la historia que allí, en el balcón, se reunía con el célebre poeta Agüero, recitaban poesía e invitaban a los pobladores a escuchar música clásica. La artífice de este emprendimiento es Virginia, su nieta, que es chef y hace gala de su profesión ofreciendo una carta en base a productos auténticamente merlinos. “Tenemos tés serranos con hierbas y yuyos de la zona, hacemos budines con harina de vino, budines de té negro y té verde, y otras delicias que servimos en un espacio remodelado con detalles de diseño en medio del bosque” concluye Virginia.

Cuatro propuestas en un circuito imperdible, para llevarse lo mejor de los sabores de Villa de Merlo, conocer más sobre su historia y su identidad, y pausar los paseos al aire libre cuando acecha el frío en las vacaciones invernales.

 

Categorizado en: