Este pueblo turístico argentino en ruinas, ubicado en el partido de Adolfo Alsina, a 7 horas de la Ciudad de Buenos Aires,  fue fundado en 1921 a orillas de la laguna que lleva su mismo nombre, albergaba alrededor de 1500 habitantes y tenía un promedio de visitas anuales de más de 20 mil turistas.

Una crecida del lago en 1985 provocó la inundación de toda la comunidad hasta 10 metros de profundidad de agua salada forzando a qué la gran mayoría de las personas tuvieran que evacuar la zona. Años después, el agua empezaba a perder terreno dejando en vista a una ciudad totalmente art deco apocalíptico oxidado por el salitre, esto atrajó la mirada de antropólogos, periodistas, fotógrafos y entusiastas del deporte extremo por lo que está ciudad abandonada se reconvertiría en un atractivo para el turismo en la actualidad.

El lugar se ha mantenido habitado por Pablo Novak, un hombre de más de 90 años que se resiste a abandonar su tierra y que suele recorrer los alrededores junto a su compañía canina llamado «Chozno».

«El sol aquí ruge cada vez que se esconde»

Las aguas del Lago Epecuén, conocidas por las tribus originarias de La Pampa desde tiempos inmemorables guardan una leyenda muy poética; un joven guerrero (Epecuén) cautiva a Tripantu, la hija del cacique enemigo, su amor es tan intenso y apresurado pero una traición los corrompe, la doncella en su tristeza llora un río de lágrimas hasta formar un lago salado que ahoga a Epecuén y a sus amantes, esta fue su venganza. Tripantu, al enterarse, pierde la razón y lo busca desconsoladamente hasta perderse de vista en una noche de luna llena. Se dice que se pueden escuchar las voces de estos dos enamorados juntos y felices para siempre al escuchar atentamente el murmullo del lago en las noches de plenilunio.

¿Y si te lo cuenta un guía turístico cultural e histórico?*

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Próxima salida: Finde del 24 de marzo

¡Cabe destacar que esta ciudad posee un Récord Guiness y te no te imaginarás por qué!

En 1917, en el marco de la fiesta del turismo Termal, 1941 ex habitantes flotaron sobre el lago Epecuén agarrados de la mano sin ningún tipo de asistencia, en este acto asistieron un aproximado de 6000 personas para registrar el hecho histórico.

Cerca de las ruinas de la Villa Epecuén, hay una pequeña ciudad en las cercanías del lago que posee el Título Provincial del Turismo Termal: Carhué, con una variedad gastronómica y opciones de hotelería, dónde destacan las piletas contenedoras del agua hipermarino del Lago Epecuén. En el Complejo Termal & Lúdico Mar de Epecuén

«Un esqueleto del pasado, árboles muertos en posición de derrota, ruinas blancas por la sal, baldosas que se quiebran, hoteles y hospedajes para 25 mil personas por el suelo, la escuela sin alma ni pupitres, ni ventanas, pistas de baile condenadas al silencio.

  • Pablo Calvo sobre Villa Epecuén en el artículo «Viaje a la desolación: Epecuén, el balneario fantasma», Clarín.

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