Este año se cumplen 106 años desde la caída de la piedra movediza de Tandil, ese emblemático atractivo de la ciudad, que también es inspirador del nombre de la ciudad, ya que, Tandil significa “piedra que late”, o “piedra por caer”, en mapuche y en araucano.
La piedra era una imponente roca de granito de aproximadamente 300 toneladas, con 7 metros y medio de largo y casi 6 metros de alto, que permanecía apoyada en un pequeño punto de contacto, de vértice redondeado, lo que hacía que constantemente oscilara, sin perder el equilibrio.
Su caída se produjo el 29 de febrero de 1912, alrededor de las 18 hs, sin testigos que presenciaran el hecho, desperdigándose tres enormes restos en la base del Cerro La Movediza, lugar en el que estaba.
En el año 2007 fue colocada una réplica en su lugar, sin movimiento, pero recreando la escena de la gigantesca roca haciendo equilibrio, muy visitada por los turistas que visitan Tandil. El Parque Lítico de la ciudad, que alberga dicha réplica, junto a los restos de la piedra original, es muy visitado. La historia de la Piedra Movediza de Tandil está rodeada de interesantes leyendas, que vale la pena escuchar y descubrir.
La Piedra Movediza sigue latiendo, y Tandil mantiene orgulloso su misterio.