Por Hernán Couste

Si tuviéramos que pensar en una aventura soñada desde chicos, entrar a un volcán es sin duda una de las fijas para cualquiera. Durante nuestra visita al Volcán Malacara tuvimos la sensación de volver a esas épocas en las que veíamos películas de acción y soñábamos con ser exploradores.

¿Qué se siente estar dentro de un volcán? Un volcán lleva en sus entrañas la creación misma de la tierra, y es esa energía creadora la que nos envuelve cuando estamos en estos lugares, pero de eso vamos a hablar luego.

Comenzamos el día en el Hotel Malargüe Inn & Suites, donde además de un sueño reparador y confortable tuvimos la posibilidad de acceder a la pileta climatizada luego del viaje desde Buenos Aires, antes de partir hacia el Volcán Malacara hacemos un alto en el Restaurante Vairoletto, que nos ofrece una carta muy variada, y luego de un buen almuerzo vamos hacia nuestro destino junto a la Agencia Oficial Aires de Libertad.

Desde la ruta podemos contemplar el Malacara, que nos mira como dándonos la bienvenida a sus tierras, arribamos al Paraje La Batra, donde nos recibe Alberto Quesada, le pregunto qué se siente vivir junto al Volcán, y me cuenta que desde que se abrieron las puertas al Turismo su vida mejoró notablemente, quizás dándole un respiro diferente a la dura cotidianeidad, en medio de los cerros.

Alberto nos abre la tranquera que da paso hacia el Volcán Malacara por un camino de ripio, tras pocos minutos y luego de cruzarnos un Piche (especie de mulita) en el camino llegamos al punto de partida de nuestra excursión.

Cuando nos adentramos en los senderos que llevan al interior del Malacara comenzamos a ver cambios en el paisaje, la arena volcánica, los ríos de lava petrificada que hoy están llenos de vida con la vegetación, y más adelante las formaciones que dejó la erupción.

Nos llama la atención la presencia de cuevas de todos los tamaños posibles, cada tanto cruzamos por algún túnel, observando alguna a roca que quedó sostenida por otras formando techos y galerías. Durante todo el recorrido los colores y las formas son muy cambiantes por lo que la mente nos marca nuevos descubrimientos a cada paso.
Llegamos a un punto clave entre los túneles y un punto nos marca el inicio de la verdadera aventura: debemos colocarnos los cascos de seguridad para entrar en la siguiente parte del recorrido.

Ya con las instrucciones de nuestra guía emprendemos la marcha atravesando un pasillo que cada vez se cierra más sobre nuestras cabezas, pasamos escaleras y llegamos a la primera cárcava, la de Tito Alba, así llamada por el Búho Blanco que habita en sus paredes, donde un peñón en el medio, iluminado desde el cielo, parece estar esperándonos para sentirnos en las entrañas del volcán.

Luego avanzamos por las Cárcavas de Los Puentes nos maravillamos con las formas y las perspectivas en que se ve el cielo y las paredes, para finalizar el camino en la Cárcava Oscura, donde nos tomamos un momento de desconexión, apagamos los celulares, respiramos profundo y permanecemos con la espalda en la pared para captar la energía del volcán, nos dice nuestra Guía que esta es una energía creadora y que tratemos de llevarnos esa vibra.

Luego de un gran momento de encuentro con nosotros mismos, y de energizarnos, salimos nuevamente a la luz por los senderos de las cárcavas, con un nuevo aire y muchas ideas en la mente, y una gran certeza, volveremos a visitarte Malacara.

 

 

Agencia Oficial: Aires de Libertad
http://www.airesdelibertad.tur.ar/Malacara.html
Tel: +54 260 4471416
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